lunes, 4 de abril de 2011

LIBERACIÓN PARA UNOS, ASESINATO PARA OTROS


Eutanasia. ¿Quién debe ceder? ¿La moral, la religión, o la medicina? El artículo 112 del Código Penal Peruano dice que "El que, por piedad, mata a un enfermo incurable que le solicita de manera expresa y consciente para poner fin a sus intolerables dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años".


Claro, un código bien estipulado, pero que en casos extremos resulta ser sombrío, ¿Cómo decirle a un paciente con una enfermedad terminal que pide ser sujeto activo a la eutanasia que tendrá que soportar una lamentable agonía, porque el Código Penal Peruano la condena?.

Si bien es cierto la vida es un derecho, no por ello se puede obligar a alguien a que siga existiendo. Si ese alguien está desahuciado. Esto debería estudiarse profundamente tanto a nivel jurídico como médico, y porque no, la iglesia como fiel hacedor de la vida y el no maltrato a los seres humanos tendría que analizar este tema.

Es más cruel ver a una persona sufrir lastimosamente hasta esperar su muerte, a poder aceptar su decisión de morir sin sufrir. Para un país como el nuestro con un número elevado de católicos, este tema es impensable, dado a que se considera a Dios como el dueño de la vida de cada persona, por ser un ser superior. Otro ámbito es el médico, ya que el juramento hipocrático parte de la ética de un profesional en medicina. Según dicho juramento, los doctores, deberán otorgar una mejor calidad de vida a los pacientes y suprimir sus dolores.

La eutanasia resulta ser contradictoria a los principios médicos, es por ello que no es aceptada.

Un caso en el Perú fue en el 2007, cuando una pareja de padres de familia chimbotanos pidieron que se le retire el respirador artificial que mantenía con vida a su bebé recién nacida, ya que la niña presentaba graves lesiones en el cerebro a raíz de un parto complicado. El Hospital Regional de Chimbote negó la solicitud porque la eutanasia no es legal en nuestro país. La menor tuvo que seguir conectada a ese respirador, después de eso no se supo nada más del caso.

Un tema polémico, es cierto, pero que en casos extremos, debería de ser evaluado por nuestras autoridades médicas y jurídicas. No hay que olvidar que no es un acto humano y caritativo ver agonizar a alguien sin poder hacer nada.

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